Este de Eslovenia: Ptuj, Maribor y Celje; las imprescindibles

El Este de Eslovenia continua sin ser parada obligada en los itinerarios de corte más alpino, por lo que es un destino ideal para huir de las concentraciones.

Te cuento qué ver en el Este de Eslovenia a través de una ruta por sus principales localidades: Ptuj, Maribor y Celje.

Nuestro viaje de 16 días por Eslovenia en coche de alquiler comienza al noreste del país. A pesar de viajar en pandemia por coronavirus, nos encontramos con precios relativamente altos en los alojamientos, así que decidimos escoger lugares estratégicos donde pernoctar varios días.

Así, para conocer esta zona de Eslovenia, alquilamos un apartamento a las afueras de la ciudad de Maribor. 

Nos alojamos en un apartamento que reservamos a través de Airbnb (Dragonijeva ulica 2, 2000 Maribor). Cuenta con todo lo necesario: cocina equipada, toallas, secador de pelo… La anfitriona, Petra, nos atendió estupendamente; incluso nos recibió con un vino dulce hecho por ella. Pagamos 126€ por 3 noches.

Desde esta base de operaciones visitamos Ptuj, Celje, Rogla (donde hicimos un trekking muy chulo hasta Lovresnka Jezera) y la propia Maribor. La zona merece dedicarle unos días, aunque con dos bien apurados puedes ver lo más destacado. 

Ya teníamos en nuestro poder el coche de alquiler con el que viajaríamos por el país, lo recogimos en el aeropuerto de Liubliana aquella mañana. Nuevo, impecable, con buen olor. Cuando lo devolvimos, 15 días después, apenas quedaba nada de eso (especialmente lo del olor; dejar las botas después de hacer trekkings en el coche no es buena idea). 

La primera parada se la dedicamos a Ptuj.

No tardamos más de media hora en llegar desde Maribor. A orillas del río Drava, Ptuj se presenta como una ciudad de interés cultural e histórico. Puedes visitar lo más destacado de Ptuj en medio día sin prisa y con calma; aquí te cuento la ruta que hicimos.

Nos da la bienvenida a Ptuj el puente peatonal Pes Most. Es un lugar interesante donde tomar perspectiva de la ciudad y parar a fotografiar la vista.

Este curioso edificio, antiguamente parte del sistema de defensa de Ptuj, data de 1551. Convertido en galería, guarda colecciones en exposición permanente de France Mihelic (de quien recibe el nombre) y de Luigi Kasimir.

Además de estas recopilaciones, alberga exposiciones itinerantes de arte contemporáneo nacional y extranjero.

Prácticamente destruida en los bombardeos de 1945 y con varias ampliaciones a sus espaldas, la iglesia de San Pedro fue reconstruida en el año 80 y posteriores.

Mezcla elementos góticos y barrocos y está considerada como una de las joyas arquitectónicas de la región.

Muy cerca de esta se encuentra el monasterio minorita del siglo XIII, renovado con posterioridad a consecuencia de los daños sufridos en contienda; alberga ahora una biblioteca con piezas únicas, algunas del siglo XVI.

La fachada llama la atención, tanto por estructura como por color.

Frente a él, la columna de la Virgen María con el Niño.

Otras iglesias relevantes de la ciudad son la de Ptujska Gora, Sveta Trojica y la Iglesia de St. Lawrence.

Siguiendo la ruta por el casco histórico en dirección al Castillo, llegamos a la Plaza Mesti, centro neurálgico de la ciudad.

Cafeterías con cuidadas terrazas custodian el impresionante edificio del Ayuntamiento.

Esta plaza acoge también el monumento a San Florián.

En dirección al río Drava nos encontramos con la Torre de la Ciudad (Mestni Stolp). La curiosidad de esta torre reloj es que la única cara de la construcción que no tiene reloj, es la que mira hacia el Castillo.

A su lado, el Ptuj City Theatre y, frente a ella, el Monumento a Orfeo.

De principios del siglo XIII, este convento dominico ha sufrido importantes transformaciones en sus más de 800 años de historia.

Originariamente románica, la iglesia adyacente se convirtió en barroca pasando por diferentes fases góticas. Asimismo, el edificio ha sido utilizado como hospital, cuartel y museo entre otros.

El monasterio dominico de Ptuj ha sufrido delicados procesos de restauración para la recuperación y conservación de la pigmentación original.

En lo alto de una pequeña colina se alza vigilante el Gran Castillo de Ptuj. Data del S. XII, por lo que ha vivido en propias carne las Guerras Turcas y la ocupación de la Alemania nazi entre otras.   

El camino que conduce al castillo es muy agradable y las vistas una vez arriba son realmente bonitas. 

Pueden visitarse las exposiciones que aloja, además de tomar perspectiva de la ciudad y de su sistema de defensa ya que se encuentra en muy buen estado de conservación.

Ptuj alcanzó su máximo esplendor en la época romana, pero la historia de la ciudad data de la Edad de Piedra.

El atardecer es un buen momento para visitarlo: apenas hay gente y es un lugar ideal para contemplar la puesta de sol.

Terminamos la primera jornada del viaje por Eslovenia en Ptuj, la siguiente se la dedicamos a Maribor y a Celje.

Aprovechando que nos alojábamos en la ciudad de Maribor, decidimos visitarla en diferentes momentos de nuestra estancia en el este de Eslovenia.

La zona centro es más grande de lo que pudiera parecer y, para visitarla sin prisa y con calma, te recomendaría que le dedicaras 1 día completo.

Maribor puede ser un buen lugar en el que alojarse unos días para recorrer el este de Eslovenia. La oferta de alojamiento es amplia, por lo que puedes encontrar precios competitivos.

En la entrada a la zona centro de Maribor nos recibe el Puente Stari (Old Bridge o Puente Viejo de Maribor). Desde esta pasarela sobre el río Drava se puede intuir la visita que nos espera en la ciudad, así como admirar las vistas al río, especialmente bonitas al atardecer.

Es un buen lugar para la fotografía.

La orillas del río Drava a su paso por Maribor están salpicadas de cisnes y patos, a quienes es fácil ver bajando a pies del paseo.

En esta zona también se encuentran bares y restaurantes donde puede ser interesante tomar algo al anochecer.

Podríamos decir que la plaza central de Maribor, Main Square o Glavni trg, es el centro del centro. Desde aquí salen caminos a deferentes lugares de interés de a ciudad. Además, por sí misma, es una visita interesante, amén de fotogénica.

La plaza alberga el ayuntamiento de estilo renacentista y la obra La Columna de la Peste, una escultura de mármol blanco que señala el fin de la epidemia de la peste que en 1680 había exterminado a un tercio de la población local.

El 17 de noviembre de 1929 una avioneta impactó contra la chimenea de un edificio, lo que provocó que se estrellara en la plaza causando la muerte del piloto y del, por aquel entonces, secretario de Maribor, Ivo Sestan.

Puedes encontrar variedad de restaurantes en la propia plaza y en las calles aledañas; así como el paseo del Drava es una buena opción para cenar, estos restaurantes lo son para la hora de la comida.

Comimos en uno de los restaurantes cercanos a la Main Square, el Bascarsija (Poshtna ulica, 8). Pedimos una parrilla bosnia a compartir entre dos por 23,50€. Comida rica y de abundante cantidad, muy recomendable si te van las carnes asadas.

Erigida en honor a San Juan Bautista, esta catedral de estilo gótico data del siglo XII. En el conjunto de lo que ofrece Maribor puede pasar desapercibida, pero merece acercarse a verla. Además, la zona aledaña es un buen lugar donde parar unos minutos a descansar.

Frente a ella, la Universidad de Maribor.

17 facultades se alojan en la Universidad de Maribor, la segunda del país, levantada en 1975.

Lugar de peregrinación para estudiantes erasmus, está considerada como una de las mejores del centro y este de Europa.

Ubicado en la plaza Grajski, este castillo del s. XV pasa bastante desapercibido -sobre todo si lo comparas con cualquiera de sus homólogos en el país-.

El castillo es propiedad de la ciudad de Maribor desde el año 1933, cuando se lo compró a la familia Khiessl que lo disfrutó como residencia noble desde 1620.

En su interior, además de diversas exposiciones sobre la historia del lugar, se encuentra el Museo Regional de Maribor, trasladado en 1938.

Pegada al castillo encontramos la Plaza de la Libertad (Svobode trg). Es un buen punto para contemplar las diferentes atracciones de la zona y sacar algunas fotos.

En esta plaza se encuentra el monumento en honor a las víctimas de la II Guerra Mundial, el National Memorial Monument, comúnmente conocido como Kojac.

Su fachada de ladrillo rojo en contraste con el verde que remata las torres no pasa desapercibida para nadie. Es, probablemente, la construcción que más llamó mi atención en Maribor. Quizá porque no la esperaba, quizá porque destaca por encima de los edificios que la rodean, pero lo cierto es que me hizo abrir la boca.

Erigida en el s. XIX, es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Puede visitarse por libre o con guía.

El siguiente día de nuestro recorrido por el este de Eslovenia se lo dedicamos a Celje.

Te recomiendo llevar siempre contigo ropa por capas y chubasquero. En agosto vivimos un tiempo cambiante, pasando del calor y cielos despejados a la lluvia y necesidad de abrigo en el mismo día.

Poco más de media hora en coche separa Maribor de Celje, la última ciudad que visitamos en el Este de Eslovenia.

Decidimos emprender el camino hacia el Castillo de Celje a pie (puedes acceder hasta la entrada del castillo en coche sin problema). Eran los primero días que pasábamos en el país y las pilas estaban cargadas al 100%, así que pensamos que sería buena idea llegar andando.

El camino no tiene desperdicio, merece la pena recorrerlo. Son apenas 30 minutos que discurren entre verdes paisajes por una pista perfectamente asfaltada.

El problema fue que toda esa energía nos hizo olvidar que las atracciones tienen horarios, así que para cuando quisimos llegar estaba saliendo el último grupo de turistas.

Tan solo pudimos ver parte de la muralla exterior; nuestro gozo en un pozo.

Pasado el fustigamiento de rigor, bajamos a la ciudad para la ruta por el casco histórico.

Esta torre del agua formó parte de las murallas medievales que protegían la ciudad. Construida en el 1451, desde 2010 está considerada monumento cultural de importancia local.

En la margen derecha del río Savinja se encuentra la iglesia de Santa Cecilia el monasterio de los capuchinos. 90 escalones cubiertos separan la orilla de la colina en la que se alza el este emblemático edificio que data de 1826.

A su izquierda, el Castillo de Celje.

De estilo románico y levantada en el siglo XIII, la iglesia de la Asunción de María Celje fue construida como parte del monasterio minorita hasta la disolución de este en 1808.

El presbiterio cuenta con una bóveda de los condes de Celje.

Pasear por Celje es un verdadero lujo si te gusta la arquitectura. Las fachadas de los edificios del casco histórico son auténticas joyas que no querrás perder de vista.

Estas, la de la Casa Alemana de Celje y la de la Mansión de Prothazi, son dos de las más llamativas.

En Celje termina nuestro recorrido por los cascos antiguos de las ciudades más importantes del Este de Eslovenia.

La siguiente entrada se la dedicamos al trekking que hicimos en Rogla, a pies de las colinas de Pohorje.

Recuerda que puedes plantear dudas, sugerencias o lo que te apetezca en la sección de comentarios de la entrada; se agradece el feed-back 😉