Ruta por el norte de Israel: Nazaret, Galilea, Acre y Haifa en dos días

En esta entrada te contamos nuestros dos días completos de road trip por el norte de Israel: desde Nazaret a Haifa pasando por la legendaria Acre, la mística Safed y los rincones “milagrosos” del Mar Galilea.

• Nazaret es la ciudad con mayor población árabe de Israel (un 60%).
• El mar de Galilea es en realidad un lago de agua dulce. Además, es el más bajo de la superficie terrestre: 242 metros bajo en el nivel del mar.
• Acre (Akko en hebreo) es una de las ciudades más antiguas del mundo y testigo de miles de asedios y batallas. Muy conocida por haber sido el último bastión cruzado.
• Haifa es el centro mundial del bahaísmo, una religión monoteísta que proclama la unidad de todas la religiones.

El día en Nazaret comenzó con lluvia. Lo que no imaginamos es que aquel iba a ser solo el primero de los tres cansinos días en los que no hizo otra cosa que llover. Llover, llover, seguir lloviendo y volver a llover.

Eran las 8:30 de la mañana. El bonito casco antiguo de Nazaret estaba prácticamente vacío, así que decidimos empezar la jornada visitando la Basílica de la Anunciación.

La tradición cristiana (excepto la ortodoxa) considera que en este lugar se encontraba la casa María y, por tanto, el lugar exacto donde el arcángel Gabriel le anunció que iba a ser la madre de Jesús.

En aquella época la aldea se componía de pequeñas casas excavadas en grutas y la actual basílica se erigió sobre una de esas cuevas. También se han encontrado restos de una iglesia bizantina y una iglesia cruzada.

Dentro del templo podrás encontrar unas escaleras que conducen a la Gruta de la Anunciación, donde se encuentran los restos de lo que fue la casa de María y donde sucedió la Anunciación. Un bonito y tranquilo lugar.

Enfrente de la basílica está la iglesia construida sobre lo que se cree que fue el taller de carpintería de José de Arimatea.

Visitamos la iglesia y la pequeña cripta en completa soledad.

De camino a la iglesia ortodoxa de la Anunciación decidimos callejear por el mercado del casco antiguo.

No sabemos si por el plomizo día o por la hora, pero apenas un puñado de personas transitaba por el mercado. Nos sorprendió también la cantidad de tiendas cerradas que nos encontramos.

La versión ortodoxa cuenta que la Anunciación se produjo cuando María iba a por agua al manantial que se ubicaba en este lugar. Entrando a la derecha hay una pequeña cripta en la que podrás ver la fuente subterránea a la que la tradición ortodoxa hace referencia.

En esta diminuta iglesia encontramos más gente que en nuestra visita por la enorme Basílica de la Anunciación.

A esas alturas ya éramos plenamente conscientes de que la lluvia no nos iba a dar tregua, así que decidimos recoger el coche del parking e ir hacia el Mar de Galilea.

Antes paramos en uno de los locales del centro para tomar algo y entrar en calor. Son muy recomendables, sobre todo en días así, el ambiente es acogedor.

Llegamos al Mar de Galilea desde Nazareth en menos de una hora.

A orillas de este mar se encuentra la localidad de Cafarnaúm (Capernaúm en hebereo). Conocida por la comunidad cristiana como la “Ciudad de Jesús”, fue aquí donde trabajó como pescador junto a los apóstoles y donde se realizaron la mayor parte de los milagros que cuentan los evangelios.

El lugar histórico se encuentra en la orilla del Mar de Galilea. Destacan tres puntos de interés:

• La Sinagoga Blanca, del siglo IV. Construida sobre la sinagoga anterior, donde se cree que Jesús predicaba.
• La horrible iglesia en forma de platillo volante construida en 1991 sobre lo que se cuenta que fue la casa de Pedro.
• Las excavaciones arqueológicas del antiguo pueblo de Cafarnaúm, que datan del siglo II a.C.

La entrada cuesta 5 shekels por persona y hay parking gratuito en las inmediaciones.

No dejes de acercarte al jardín aledaño para contemplar las vistas al Mar de Galilea.

A unos 10 minutos en coche se encuentra el Monte de la Bienaventuranzas, donde se dice que Jesús pronunció el famoso sermón de la montaña. El tiempo empezó a ponerse feo, así que no pudimos acercarnos.

Desde el Mar de Galilea subimos hacia lo que se denomina Alta Galilea. Nuestra próxima parada sería Safed, a 40 minutos desde Cafarnaúm.

Encaramado a una montaña a 900 metros de altitud, este pueblo es considerado como uno de los lugares sagrados del judaísmo, además de un importante centro para la Cábala (interpretación mística del Antiguo Testamento).

Damos fe del misticismo de la zona: nada más llegar a Safed, la niebla y la lluvia habían creado una cortina casi opaca que no nos permitía ver más allá de tres o cuatro metros. Ironías aparte, no pudimos hacer más que ir resguardándonos a cada rato hasta que empezó a caer la noche y tuvimos que irnos.

Habíamos leído en algunos blogs que el pueblo era precioso, pero las cosas no siempre salen como querríamos y Safed se convirtió en la visita fail del viaje.

Volvimos al coche y tomamos dirección Acre. Está a una hora de Safed, pero la niebla nos dificultó tanto la visibilidad que no pudimos ir a más de 30 km/h durante una buena parte del viaje.

Llegamos a Acre sobre las 20:00 de la tarde, hicimos el chek-in en el hostel, cenamos y nos acostamos con la esperanza de que aquel día no fuera el preludio del diluvio universal que nuestra app del tiempo presagiaba.

El día amaneció plomizo. Desayunamos y pensamos en la estrategia a seguir. Había que aprovechar las escasas treguas de 10 minutos que daba la lluvia (hubo hasta momentos en los que asomó algún rayo de sol).

Planeamos el itinerario a seguir buscando estratégicamente posibles refugios para el viento y la lluvia.

Acre es conocida por haber sido el punto de entrada a Tierra Santa durante las Cruzadas. Resultó ser el último bastión de los cruzados antes de su caída en 1291 a manos del Sultanato Mameluco de Egipto, marcando así el fin de la época de las Cruzadas.

Pero más allá de esto, Acre es una de las ciudades más antiguas del mundo. Fue fundada en el año 1500 a.C. y ha sido conquistada por asirios, griegos, seléucidas, romanos, árabes, cruzados, mamelucos, otomanos, británicos… Todo este carrusel de “inquilinos” en Acre (también conocida como San Juan de Acre), sumado a su situación estratégica en el Mediterráneo, ha provocado que la ciudad haya sufrido constantes asedios, conquistas, destrucciones y reconstrucciones.

El puerto de Akko, ya mencionado en textos del siglo V a.C., fue uno de los puertos más importantes del Mediterráneo. Todavía se pueden ver restos de antiguos faros y fortificaciones donde imaginar la espectacularidad de este lugar, ahora convertido en puerto deportivo.

Las olas chocaban con una fuerza increíble haciendo que algunos de los restaurantes y miradores se convirtiesen en improvisados “centros de talasoterapia”. Un verdadero espectáculo para la vista.

Cercano al puerto se encuentra Khan al-Umdan, un auténtico núcleo del comercio internacional de hace dos siglos. Era un caravasar (una especie de área de servicio de la época) construido en el siglo XVIII donde los mercaderes descansaban tras largos viajes. Cuando fuimos el complejo estaba cerrado por riesgo de desprendimientos.

Las murallas mejor conservadas son las de la parte oeste, noreste y sur de la ciudadela. Te recomendamos un paseo alrededor de ellas.

Si has leído otros artículos del blog ya sabrás que nos encanta pasear por callejuelas y Acre es el típico lugar que incita a ello. Aunque el tiempo seguía revuelto, entre chaparrón y chaparrón pudimos deambular por las calles de la ciudadela.

Al contrario de lo visto en Nazaret, aquí sí que destacamos el ambiente en el zoco árabe de la ciudad vieja: ajetreo, puestos abiertos, vendedores y vendedoras cantando las ofertas…

Este enorme complejo fue construido a mediados del siglo XII por los Caballeros Hospitalarios, una orden militar de clérigos cuya misión era proteger a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa. Tómate tu tiempo para deambular por estas impresionantes estancias, patios y salas de anchas columnas y pilares.

Durante el recorrido por la Fortaleza Hospitalaria te encontrarás con paneles y vídeos explicativos donde se relata la historia de Akko y la función de cada sala.

Este pasadizo de 150 metros de largo conectaba la Fortaleza Templaria de Akko con el puerto (al sur de la ciudadela). A pesar de su relevancia estratégica no le vimos mayor interés. En algunas partes deberás agacharte para poder continuar.

Un precioso patio rodea una de las mezquitas más importantes de Israel y Palestina. Se encuentra cerca de la Fortaleza de los Caballeros Hospitalarios y su inconfundible cúpula verde se puede ver desde cualquier punto de la muralla.

Nos encantó Acre y nos quedamos con las ganas de haber pasado más tiempo allí, pero todavía nos esperaba una visita a Haifa y llegar a Tel Aviv para entregar el coche de alquiler. No había tiempo que perder.

Nuestra primera intención cuando planificamos la ruta del día fue visitar Acre, Cesarea y Haifa (por ese orden), pero el constante diluvio y el tiempo que perdimos en Acre esperando los instantes de tregua hicieron que tuviéramos que sacrificar Cesarea. Si tienes más tiempo y suerte, puedes acercarte a lo que fue el puerto más importantes de la antigüedad y uno de los yacimientos arqueológicos romanos más visitados de Israel (con el anfiteatro a orillas del mar como la joya de la corona).

Haifa es una de las ciudades más modernas de Israel y la tercera más importante después de Tel Aviv y Jerusalén. La ciudad destaca por ser un ejemplo de tolerancia religiosa y el centro mundial del Bahaísmo.

La principal atracción de Haifa son los Jardines Bahaí, en la ladera del Monte Carmelo. Son 19 espectaculares terrazas que rodean el Santuario de El Báb (donde se encuentra el sepulcro del precursor de bahaísmo) y la Casa de la Justicia Universal (el centro administrativo de la fe bahaí).

Están abiertos al público de 9:00 a 17:00 (hasta las 12:00 si quieres visitar el Santuario de Bab).

Parece que aquellos días la suerte no estuvo de nuestro lado: a pesar de haber llegado dentro del horario de apertura, no nos dejaron visitar los jardines más allá de una terraza. El motivo lo puedes adivinar: la dichosa lluvia. Y es que en algunos momentos las trombas de agua eran tales, que formaban auténticas cataratas ladera abajo.

Si tienes más suerte (hemos repetido esta frase tantas veces a lo largo del post que hubiera merecido una sección diferenciada), te recomendamos empezar la visita desde la parte alta de los jardines. Las vistas deben ser increíbles.

Si tienes tiempo puedes acercarte a Wadi Nisnas, el barrio donde vive la mayoría árabe de la ciudad. Puedes ponerte las botas comiendo Maqluba y Kubbeh en sus puestos callejeros.

Después de la calada que nos pegamos en nuestro recorrido por Haifa, paramos en una de las acogedoras cafeterías que se encuentran en barrio Alemán a secar la ropa y reponer fuerzas antes de tomar de nuevo el coche. Teníamos que entregarlo a las 20:00 en las oficinas de Europcar del aeropuerto de Tel Aviv (abiertas las 24 horas, todos los días). El trayecto hasta el aeropuerto de Ben Gurion (una hora y media desde Haifa) fue bastante incómodo: el diluvio continuaba y el limpiaparabrisas no daba abasto. Las balsas de agua que se formaban en la carretera tampoco es que ayudaran mucho.

Entregamos el coche en el aeropuerto y tomamos un taxi hasta Tel Aviv, pero esta parte la contaremos en nuestra próxima entrada.

• Si tu alojamiento está en el casco antiguo de Nazaret, ni se te ocurra entrar con el coche o te las vas a ver y a desear para salir. Déjalo aparcado en alguno de los parkings de alrededor.
• Evita la carretera 6 (Jerusalén-Tel Aviv-Haifa), es de pago y no hay diferencia con las demás.
• Aprovecha el día lo que puedas, pero ten en cuenta la hora de cenar: muchos restaurantes cierran pronto.

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