Los Túneles: la excursión imprescindible en Isabela

Estos túneles son resultado de ríos de lava llegados al mar. Un paisaje único con formaciones laberínticas y grietas donde se pueden observar variedad de aves y plantas. Además, el snorkel en aguas poco profundas es perfecto para apreciar la vida marina: tortugas, manta rayas, tiburones de punta blanca (tintoreras) y caballitos de mar.

• Este lugar es uno de los que propusieron los pescadores para abrir al público. Hace algunos años, este tipo de excursiones estaban reservadas a los cruceros que visitaban la zona. Cuando se reguló la pesca en el archipiélago y el turismo empezó a demandar actividades al margen de los prohibitivos cruceros, muchos pescadores pasaron a ejercer de capitanes de tours y comenzaron a organizarse salidas desde tierra, tomando en cuenta las recomendaciones de quienes habían faenado las aguas durante años.
• Su nombre oficial es Cabo Rosa, pero son las formaciones geológicas quienes lo han popularizado como Los Túneles.

En un principio, la idea que teníamos era hacer el tour a Tintoreras. Visitamos varias agencias en busca de información y nos recomendaron ir a Los Túneles porque ya habíamos visto tiburones tintoreras en Isla Pinzón y esta excursión era algo más completa. Habíamos leído que el paisaje era espectacular y que el snorkel merecía la pena, así que poco más que pensar.

Una vez más tenemos que recordarte que, si no quieres quedarte en tierra, reserves con algún día de antelación. En nuestro caso lo hicimos con Tropical Adventures (C/ Antonio Gil y Petreles). Incluía el traslado, guía, capitán, almuerzo (con opción vegetariana), aletas, máscara y toallas. Nos costó 110$ por persona (si has leído lo que escribirnos sobre el tour al León Dormido y el tour a Isla Pinzón, ya te habrás dado cuenta de que parece que tuviéramos tarifa plana en excursiones).

Salimos de Puerto Villamil a las 11:00. Íbamos 9 personas (si no recordamos mal) y 3 más de la tripulación. En unos 40 minutos ya estábamos poniéndonos las máscaras para saltar al agua.

Fue en este tour donde más tortugas marinas pudimos ver, estaban prácticamente por todas partes. También vimos pasar alguna manta raya y una morena. Tuvimos la suerte de coincidir con un biólogo en el grupo, así que entre el guía y él nos explicaron un montón de cosas interesantes sobre estas especies.

Este lugar es uno de los favoritos de los tiburones de punta blanca o tintoreras. Aprovechan los túneles y recodos para descasar durante el día, por lo que es fácil encontrarlos. Hay zonas en las que el guía te sujeta para que puedas meter medio cuerpo en estos escondites y verlos agazapados esperando a la noche para salir a alimentarse.

Otro de los animales que vimos fue el caballito de mar. Estos pequeños no se dejan ver tan fácilmente: se camuflan entre ramas y son muy huidizos. Tuvimos que flotar un buen rato encima de él para poder intuirlo ya que, al estar en agua muy poco profunda, se levantaba arena con el movimiento de las olas. Por todo esto, también necesitarás un ratito para verlo en la foto; te aseguramos que aparece.

Terminado el snorkel, nos dirigimos hacia tierra para poder ver el paisaje. Caminando por encima de estas formaciones, pudimos ver varios piqueros de patas azules y nos contaron que escogen este lugar para anidar.

También se pueden ver opuntias, este cactus gigante tan extendido por el archipiélago.

Hecha la visita desde tierra, tocaba comer y darnos un último chapuzón entre grietas y canales antes de regresar.

Ya de vuelta a Puerto Villamil, uno de los tripulantes vio un banco de manta rayas cerca de la embarcación. Pararon para que pudiéramos verlas y nos dijeron que si queríamos saltar y nadar con ellas era el momento. Parecía que nadie iba a animarse: acabábamos de comer y estábamos en un lugar indeterminado, de esos que piensas “aquí puede haber de todo”. Ante la insistencia del guía recordándonos que era una oportunidad única, uno de los compañeros se puso el equipo y saltó. No sé qué se me pasó por la cabeza en ese momento con lo que soy yo para las profundidades, pero me puse la máscara y, por no perder más tiempo, ni me puse las aletas. Aritz fue el tercero y último en saltar.

Esta fue una de las experiencias más alucinantes de nuestro viaje por Galápagos; nadar en mar abierto con un banco de manta rayas es algo que no olvidaremos fácilmente.

• Es importante que te acojas a las reglas de visita del Parque Nacional y Reserva Marina de Galápagos. No olvides que se trata de una zona especialmente protegida y que su supervivencia también depende de ti.
• Consulta en varias operadoras antes de tomar la decisión y busca opiniones en Internet.
• Si tienes días suficientes, espera a las ofertas de última hora; te puedes ahorrar algo de dinero.