Isabela: tierra de volcanes y tortugas gigantes

Situada al oeste de Santa Cruz, dicen de Isabela que tiene forma de caballito mar. Esta isla del tamaño de todas las demás juntas, es lugar de volcanes y casa de tortugas gigantes. Su orografía y las políticas de conservación a las que está sometida no permiten recorrerla por libre con tanta facilidad como otras. Aún así, es un sitio estupendo donde perderse unos días y el punto de partida para Tintoreras y Los Túneles.

• Isabela es, con diferencia, la isla más grande del archipiélago.
• A pesar de su tamaño, solo 2.200 personas viven en ella.
• El volcán Wolf, con 1.700 metros y situado en la punta norte, es el pico más alto de Galápagos.

Isabela es resultado de la fusión de 6 volcanes, de los cuales 5 permanecen activos. Sin ir más lejos, en junio de este año (2018), el Sierra Negra entró en erupción, obligando al desalojo de 50 personas.

Como dato curioso, te diremos que cada volcán alberga una especie única de tortuga gigante.

Erupciones y cráteres aparte, Isabela guarda la mayor concentración de especies endémicas de todo el archipiélago. A pesar de este dato, la vida silvestre en la isla se ha visto seriamente amenazada en las últimas décadas. A finales de los 90 se hizo palpable la alteración que había provocado una especie invasora: la cabra. Estos animales se establecieron en el norte de la isla, destruyendo vegetación y desplazando a las tortugas de sus zonas de alimentación.

Es aquí donde surge el conocido como Proyecto Isabela, una iniciativa del Parque Nacional Galápagos y la Fundación Charles Darwin. Esta estrategia de erradicación de especies invasoras se ha centrado en cacerías aéreas y terrestres, con el objetivo de devolver el orden natural a la isla. A día de hoy sigue sin saberse a ciencia cierta cómo llegaron allí las cabras. Se cree que fue a través de balleneros y, posteriormente, por la actividad de los colonos del siglo XX.

Esta pequeña localidad pesquera destaca por la tranquilidad de sus calles y por una actitud relajada de la que te impregnas nada más llegar. Es un viaje a un pasado no muy lejano, donde puedes imaginar cómo fue la vida en la vecina Puerto Ayora antes de la irrupción del turismo.

La actividad se concentra en el malecón y en las playas aledañas, donde familias locales pasan ratos jugando a volleyball.

A nuestra llegada, y como veníamos haciendo en las demás islas, dedicamos un rato a tomar contacto con el lugar y a consultar en operadoras opciones para alguna excursión. Teníamos en mente ir a Tintoreras, pero nos comentaron que nos podría resultar repetitivo porque ya las habíamos visto en Pinzón. Finalmente, reservamos el tour a los Túneles.

Por esta laguna atraviesa el recorrido que lleva al Centro de crianza de tortugas terrestres Arnaldo Tupiza. Desde la pasarela de madera se pueden observar flamencos, patos y teros reales entre otras especies.

Si continúas hasta el final, verás el comienzo del sendero que conduce al centro de crianza. Aunque no tengas intención de visitar este lugar, te recomendamos hacer el camino.

Abierto de 6:00 a 18:00.

El recorrido completo hasta este criadero de tortugas terrestres tiene una longitud de algo menos de 1,5 km (aproximadamente media hora caminando desde Puerto Villamil).

Comienza en la Poza Baltazar y continúa por un sendero repleto de vegetación autóctona. A lo largo del camino podrás ver iguanas y lagartijas de lava, además de las aves de la laguna.

En este centro, que depende de la dirección del Parque Nacional de Galápagos, trabajan para la crianza y repoblación de especies en peligro de extinción que habitan en el sur de la isla. Se pueden observar galápagos en distintas fases de crecimiento, cercadas en una especie de corrales.

Dispone de un centro para visitantes.

Si has tenido la oportunidad de ir a la Estación Científica Charles Darwin de Santa Cruz, probablemente este lugar no te apasione tanto, pero merece la pena por el camino que lleva hasta allí.

Abierto de 7:00 a 17:00.

En paralelo al camino que lleva al muelle desde el que salen las fibras, discurre el acceso a Concha Perla. El recorrido es de apenas unos minutos y se hace sobre una pasarela rodeada de manglares, donde tendrás que esquivar lobos marinos que descansan a la sombra. Desde el centro de Puerto Villamil se llega en 15 minutos.

Terminada la pasarela de entrada, se llega a un pequeño saliente con escaleras para entrar al agua. Hay postes de madera en forma de perchero para dejar las pertenencias.

Los lobos marinos aprovechan los asientos disponibles y las iguanas se asolean en la cubierta. Ojo: el espacio es reducido y los lobos pueden sentir que se les invade el territorio. Recuerda mantener la distancia y no tocar.

Este lugar es perfecto para un tranquilo snorkel con los omnipresentes lobos, peces tropicales, iguanas y, con suerte, manta rayas, tortugas marinas y pingüinos de galápagos. Tortugas y manta rayas vimos bastantes desde la superficie, pero no tuvimos el placer de cruzarnos con ellas en el agua. Sin embargo, sí que compartimos baño con una iguana por primera vez.

Cocha Perla se convirtió, al igual que Playa Mann en San Cristóbal, en el lugar donde empezar o terminar cada día de los que estuvimos en la isla.

A 6 km de Puerto Villamil, este lugar guarda la historia más negra del archipiélago. Tras la II Guerra Mundial, José Velasco Ibarra, presidente de la época, decidió dar uso a lo que hasta la fecha había sido una base de operaciones norteamericana. En aquel momento las Galápagos eran consideradas algo remoto, casi como el fin del mundo, por lo que entendió que era un buen lugar para levantar un penal, aprovechando lo que quedaba de la base norteamericana.

Cientos de reos fueron trasladados desde el Ecuador continental, siendo obligados a levantar los muros de su propia prisión en condiciones infrahumanas. Tanto es así, que los muertos se contaban por centenas. Se utilizó roca volcánica para esta tarea y no intervino máquina alguna.

Permaneció en funcionamiento durante 13 años, con un final digno de mencionar. Aprovechando una función teatral preparada para los policías y los efectos del licor que estos habían ingerido, los amordazaron, desarmaron y calcinaron la prisión, de la que actualmente solo se conserva una parte de paredón. Muchos regresaron al continente y algunos pocos permanecieron en Isabela, siendo todos indultados posteriormente.

Como suele ocurrir con este tipo de historias negras, existe la creencia de que pueden escucharse llantos y lamentos en el lugar que ocupó el penal.

Antes de contarte qué puedes ver en la ruta que conduce hasta el Muro de las Lágrimas, es importante que recuerdes que se trata de un recorrido de 6 km. Teniendo en cuenta las condiciones de calor y las paradas en puntos de interés, puedes tardar unas 2 horas en llegar y otras 2 para volver. También puedes hacerlo en bici, es prácticamente llano.

Te adelantamos que no calculamos bien los tiempos y no llegamos al Muro, ¡que no te pase lo mismo!

La ruta se inicia por un camino único en paralelo a La Playita. No hay ni una pizca de sombra en este tramo, tenlo en cuenta.

Los primeros lugares de interés aparecen enseguida: Pozas Verdes, Playa del Amor, Poza Redonda, Poza Escondida y El Estero. Todas estas paradas son muy agradables, casi idílicas, de ahí que no llegáramos a destino.

Después de estos puntos, la ruta continúa unos kilómetros hasta llegar a Camino de las Tortugas. En este sendero rojizo, puedes cruzarte con tortugas gigantes paseando en busca de comida.

A escasos metros hay una caseta de información donde nos dijeron que no nos daría tiempo a llegar al muro, pero que podíamos acercarnos a Cerro Orchilla. Allí terminamos el periplo e iniciamos el camino de vuelta.

Horario de visitas de 6:00 a 18:00.

• Es importante que te acojas a las reglas de visita del Parque Nacional y Reserva Marina de Galápagos. No olvides que se trata de una zona especialmente protegida y que su supervivencia también depende de ti.
• Lleva agua y protección solar en todas tus salidas.
• A tu llegada a puerto, ten preparado el dinero para pagar la tasa de entrada (10$ por persona), puede ser que no tengan cambios.