No todos los lugares que visitamos nos entusiasman.  De algunos, incluso, hubiésemos querido salir corriendo.

Vamos a empezar con un recordatorio amistoso de que todo lo que contamos en el blog es, evidentemente, nuestra opinión basada en una experiencia subjetiva. Seguramente pienses que esta aclaración no es necesaria, pero por decirlo que no quede.

Para situar un poco esta entrada diremos que:

  • Volvíamos con un subidón tremendo de la experiencia en Bolivia
  • Ya veníamos en sobre aviso de que lo que podríamos encontrar en esta zona de Perú, no tenía pinta de encajar con nuestro estilo viajando

Resultado de todo esto quedó un: Puno ni frío ni calor, islas flotantes de los Uros el horror, Taquile… bueno, Taquile con interrogantes.

Puno - Lago Titicaca - Perú

QUIZÁ QUIERAS SABER

  • El Lago Titicaca se rodea de leyendas y misterios. Hay quienes dicen que en sus aguas habitan sirenas, así como que esconde antiguas construcciones en su fondo.
  • Tanto es el misticismo a su alrededor que a día de hoy las personas que investigan en el lago realizan ofrendas, respetando así la creencia de que la maldición caerá sobre quien no venere el Titicaca.

LAGO TITICACA, PERÚ

Probablemente no te contemos nada nuevo si decimos que el Lago Titicaca es el lago navegable más alto del planeta, a una altitud de 3.812 ms.n.m. También sabrás que administrativamente se divide entre Perú y Bolivia, con un 56% y un 44% de la superficie respectivamente, y que está salpicado de pequeñas islas en ambas partes, motivo por el que seguramente estés leyendo esta entrada.

Con todo esto, te diremos que el lago Titicaca es una visita imprescindible si estás por la zona, aunque te recomendaríamos hacerla por su lado boliviano, si tuvieses que decantarte por uno de los dos.

Como hemos comentado más arriba, llegamos a Puno desde Bolivia cruzando la frontera por Yunguyo, ya que interrumpimos nuestro itinerario por Perú para retomarlo después.

Frontera Lago Titicaca - Perú - Yunguyo

Paso fronterizo de Yunguyo, Perú

Puno

Puno es el punto de encuentro de quienes quieren visitar la parte peruana del lago Titicaca, además de la capital folclórica del país. Este último dato, que puede parecer sin importancia, define la vida en la ciudad: fiestas y celebraciones a lo largo de año. La más destacada, la Virgen de la Candelaria, tiene lugar en al rededor del 2 de febrero, pero si consultas el calendario de festividades, verás que prácticamente no hay mes que escape a la celebración.

De pasado quechua y aimara, presume de guardar el estilo de vida ancestral en algunas comunidades, a la vez que de una vida moderna y urbanita con mucho ambiente en las calles aledañas a la Plaza de Armas.

La ciudad en sí misma no tiene mucho que ver más allá del parque Pino, la plaza, el mercado, el arco Deustua y el paseo a orillas del Titicaca. Lo más destacado de la zona son las torres funerarias de Sillustani, a las que te adelantamos que no fuimos. Si te interesa visitar estas ruinas, puedes hacerlo en bus hasta Juliaca y de ahí tomar un colectivo. También puedes reservar uno de los numerosos tours que ofrecen las operadoras de Puno.

Puno - Perú - Parque Pino
Puno - Perú - Mercado

Debes saber que ciertas zonas de la ciudad no dan demasiada seguridad. También nos comentaron que hay unos cerros desde los que se pueden apreciar vistas en los que se han registrado asaltos a turistas.

Puno - Perú - calle
Puno - Perú - Arco Deustua

Decidimos tomarnos el día con calma, viendo la ciudad con tranquilidad y paseando por el lago. En el puerto puedes ver el Yavarí, un barco de vapor reconvertido en B&B.

Puno - Perú - barco Yavari

Por la noche nos dimos un homenaje en forma de empacho en uno de los restaurantes locales, la pizzería El Tumi. Regentada por una familia encantadora, preparan deliciosas lasañas y pizzas en un horno de piedra. Te la recomendamos con los ojos cerrados.

El ambiente en estas calles cercanas a la Plaza de Armas invita a quedarse a tomar una (o dos).

Antes de terminar el día, reservamos el tour Taquile y las islas flotantes de los Uros en una de las agencias del centro. Nos costó 60 soles por persona.

Islas flotantes de los Uros

Cuando organizábamos el viaje a Perú, decidimos no ir a las islas flotantes de los Uros. Lo que habíamos leído acerca de este lugar no nos convenció desde el primer momento, así que quedó descartado del itinerario. ¿Que qué pasó para termináramos allí? Pues que queríamos ver la isla de Taquile y solo había dos opciones: pasar la noche en Taquile (no era posible por la ruta que teníamos) o contratar un tour que, necesariamente, pasaba primero por las islas flotantes.

Antes de continuar queremos aclarar que sí existen islas habitadas por Uros donde (sobre)viven a día de hoy, pero el acceso al turismo no está permitido por decisión propia de las personas que viven allí. De hecho, nos contaron que la apertura al turismo ha sido fuente de conflictos entre las islas que lo rechazan y las que accedieron.

La historia de estas islas flotantes viene de siglos atrás, cuando el pueblo de los Uros decide abandonar la tierra firme y ocupar el Titicaca tratando de evitar conquistas por parte de incas, tiahuanacos y collas. Se cree que este pueblo pueda ser el más antiguo del continente, habiendo habitado el Altiplano en épocas preincaicas. Huyendo de la hostilidad de la colonización, construyeron plataformas utilizando totora, un junco acuático que entrecruzado ofrecía estabilidad suficiente para albergar a una o dos familias. Este traslado les garantizó además el acceso a un sustento que de otra manera podría haberse visto afectado. Su lengua original, el pukina, se perdió hace algunos siglos. Actualmente hablan aimara por los contactos con con las poblaciones cercanas, quechua y español.

Con toda esta historia de resistencia y dignidad, se hace todavía más terrorífica la visita a las islas que acceden al turismo. Lo que puedes ver allí es básicamente una función teatral.

Llegamos a Uros en lancha rápida desde el puerto de Puno, tardamos una media hora e íbamos cerca de 30 personas en la embarcación. Una vez allí, nos recibieron mujeres con trajes tradicionales cantando canciones populares de occidente en varios idiomas. Estas canciones se las han enseñado turistas a lo largo de los años; puedes imaginarte el nivel de lamentabilidad.

Después de la recepción, sientan al grupo alrededor de varios bloques de totora para explicar cómo la entrecruzan, cómo van sustituyendo las antiguas por nuevas cada 20 días, cómo anclan las islas para que no floten a la deriva, etc. Esa explicación todavía tendría un pase si no fuese por los continuos intentos de evidenciar su supuesto atraso en comparación con “el desarrollo” de quienes están de visita, como cuando escenifican que comenzaron a utilizar la sierra para cortar la totora y la gente aplaude y ríe en ese plan de qué ingenuidad. Todo el mundo participa de un circo que se nos hizo bola demasiado pronto.

Tras las explicaciones que terminan con un teatrillo con muñecos, llega el momento de subir a una embarcación hecha de totora que poco tiene que ver con el caballito de totora que utilizan los Uros desconectados del terrorismo cultural. Esta es más bien un intento poco convincente, ostentosa, de dos pisos, que utiliza botellas de plástico para flotar. Aquí comienza lo más interesante de la visita: un recorrido de 20 minutos con un coste de S/10 por persona no incluido en lo que ya has pagado previamente y del que nadie te avisa, en el que por lo menos puedes abstraerte del tremendo panorama y contemplar el Titicaca haciendo esfuerzos para no tirarte y que te lleven las sirenas.

De vuelta a la isla, las mujeres despliegan puestos de artesanías mientras te invitan a entrar a sus casas (donde ya te adelantamos que la mayoría no vive), a vestirte con sus trajes y te recuerdan entre unas y otros la importancia de colaborar para la supervivencia de este pueblo comprando un tapiz.

El discurso de guías, mujeres folclore y capitanes de totora ostentosa está lleno de contradicciones: al fin y al cabo, es difícil mantener el argumentario de que apenas salen de allí, pero cuando les preguntas si tienen hijos o hijas contestan que estudian en Puno y que les llevan todos los días al colegio. La historia de que con las aportaciones del turismo comprando tapices consiguen preservar lenguas anteriores al aimara también se cae cuando preguntas cuántos jóvenes las hablan a día de hoy y responden que ninguno. Y así con todo.

Islas flotantes de los Uros
Islas flotantes de los Uros - barco totora

En fin, una actividad en la que no habríamos tomado parte si pudiésemos echar atrás por mucho Taquile que quisiéramos ver.

Para cerrar este capítulo:

  • No juzgamos a las personas que tratan de ganarse la vida con el turismo, cuestionamos el modelo de turismo en sí.
  • Esta es nuestra opinión, pero existen otras.

Sería un rato después, en Taquile, donde tendríamos una interesante charla con el guía acerca de todo lo que habíamos visto aquí.

Isla Taquile

De nuevo en la lancha, tomamos rumbo a la isla Taquile en un trayecto de aproximadamente 1 hora y media.

De esta pequeña isla habíamos leído maravillas: la conservación de la cultura local con un sistema de relación endogámico, la pervivencia del quechua, ruinas incas, terrazas, vistas… Y, en este sentido, no decepcionó para nada. Otra cosa es lo de siempre, el modelo de turismo que adoptan (o que les imponen, ya que parece ser que en su momento fue gestionado por la comunidad hasta que comenzaron a controlarlo personas ajenas a la isla) y que, al hacerlo en tour organizado, siempre tenemos esa sensación de participar en un “circo”.

Desembarcamos y dimos comienzo a la caminata de subida. Es un recorrido de unos 10 minutos que discurre entre escalones y terreno irregular, con una pendiente algo pronunciada. Tómate tu tiempo, la altitud está presente.

Lago Titicaca - Taquile - arco

Paramos a comer con el grupo en un lugar habilitado para este tipo de historias con un menú también típico para este tipo de historias.

Una vez con la tripa llena, comenzamos la segunda parte de la subida para llegar al punto más alto de la isla donde se encuentran la plaza, la iglesia, los mercados y la municipalidad.

Este recorrido fue de aproximadamente otros 10 minutos, con similares características al anterior. A lo largo del camino verás mujeres elaborando artesanías en los márgenes y gente vendiéndola a pie de pista, incluyendo menores de edad. También verás turistas sacándose fotos con estas personas a cambio de unas monedas, cual exploradores del siglo. XIX.

No hay ni carreteras ni vehículos, disfruta del momento.

Lago Titicaca - Perú - Taquile - artesanía

Al llegar a la plaza nos encontramos con las celebraciones por la fiesta patronal de San Santiago (28 de julio); las danzas y la música estaban servidas.

Lago Titicaca - Perú - Taquile - folclore

En este lugar llaman especialmente la atención el campanario de piedra y el arco que da entrada a la plaza.

Como dato curioso, presta atención a la vestimenta tanto de ellas como de ellos: esconde mucho simbolismo. Los sombreros, por ejemplo, indican el estado civil de la persona e, incluso, si se está buscado pareja.

Las calles de alrededor de la plaza están ocupadas por puestos donde venden la artesanía que elaboran en la isla, merece la pena echar un vistazo.

Lago Titicaca - Perú - Taquile - arco
Lago Titicaca - Perú - Taquile

Fue aquí donde tuvimos una interesante charla con el guía acerca de lo que habíamos visto en las islas flotantes de los Uros. Lo que empezó con una tensa conversación a tres, terminó en agradecimientos y reconocimientos mutuos. No queremos comprometerle, así que solo diremos que, tras varios intercambios, terminamos por entendernos. También queremos dejar claro una vez más que no cuestionamos la necesidad de ganarse la vida de nadie, sino los medios para el fin.

Si nos preguntas si merece la pena la visita a Taquile, te diremos que sí, es un lugar con encanto que trata de conservar su verdadera esencia. Eso sí, si dispones de más días, hazlo por tu cuenta.

La altitud en el Lago Titicaca

Si estás preparando tu viaje a esta zona, debes tener en cuenta la altitud a la que vas a exponerte. Recuerda que a partir de los 2.400 ms.n.m puedes sufrir las consecuencias de la inadaptación de tu organismo a la escasez de oxigeno; te dejamos esta entrada con recomendaciones para evitar el mal de altura o soroche.

DATOS PRÁCTICOS Y CONSEJOS

  • Lleva siempre agua y protección solar contigo.
  • Si decides subir a los cerros de Puno, ten en cuenta la seguridad y toma medidas de precaución más allá de las habituales.