Jiufen: el lugar que inspiró a Miyazaki

Situada en la costa norte de Taiwán, esta pequeña localidad con marcado aire japonés se eleva sobre las montañas ofreciendo unas vistas que nadie quiere perderse. Sus estrechas calles adoquinadas y adornadas con farolillos, invitan a recorrer cada esquina. Sin duda, Jiufen es uno de los enclaves más pintorescos del país.

• Esta población careció de interés local hasta el descubrimiento de minas de oro durante la ocupación japonesa. Tras la explotación de las minas, volvió a quedar prácticamente abandonada. Los esfuerzos por recuperarla han hecho que, a día de hoy, sea uno de los lugares más visitados de la isla.
• Arquitectónicamente, se ha mantenido casi intacta y la influencia japonesa de la época es palpable.
• Algunas escenas de la película El Viaje de Chihiro están inspiradas en Jiufen.

En tu paso por Taiwán no deberías dejar de conocer Jiufen. Se encuentra a una hora de la capital y puedes plantearlo como visita de un día, aunque te recomendamos pasar la noche allí.

Habíamos leído que Jishan St., suele llenarse de personas que se agolpan en los pequeños comercios en busca de algo para picotear y de algún recuerdo. Cuando llegamos, pensamos que no sabíamos de qué nos sorprendíamos al encontrarnos subiendo la estrecha calle, esquivando y siendo esquivados por la multitud, mochila al hombro. No puedes hacerte idea del tránsito continuo en ambas direcciones por mucho que lo hayas leído.

Es un no parar de autobuses que llegan, descargan decenas de personas y regresan a Ruifang en busca de más.  La gran mayoría de quienes visitan Jiufen provienen de la propia Taiwán, China, Japón y Corea de Sur. Si bien es cierto que esta interacción se vuelve casi hipnótica al observar cómo disfrutan de sus ratos de ocio y, especialmente, de la comida en los puestos, pasadas unas horas terminas por desear que todo el mundo se monte en el autobús de vuelta y se despeje la zona. Y es aquí donde te recordamos: quédate a dormir.

Dejamos las mochilas en el alojamiento donde haríamos noche, situado un poco más arriba de la escuela, y comenzamos la ruta.

Durante el día, mientras Jishan St. bulle, es el momento perfecto para subir y bajar las callejuelas en busca de miradores, templos y rincones para la fotografía. Las vistas al puerto de Keelung con el Mar de China Oriental de fondo están aseguradas desde cualquier esquina; bueno, depende de la niebla.  Aunque lo más fotografiado no está mirando al mar, sino a la ladera de la montaña: los famosos salones de té.  Si tienes intención de tomar algo en alguno de los más populares, hazte a la idea de que probablemente tengas que hacer turno para entrar y prepara la cartera. De hecho, exceptuando la comida de los puestos de Jishan St., el resto de precios es directamente proporcional al reclamo turístico que es la localidad.

Una vez recorrida la zona y visto el atardecer desde uno de los muchos miradores, decidimos que era momento de regresar a Jishan St. para cenar. A quienes venían en tours o regresaban a Taipei en el mismo día, les quedaba poco tiempo de disfrute, así que se apuraban a comprar té de jengibre, comida y recuerdos para llevar. Aquello parecía una Medina.

Agradecimos haber ido en diciembre. La sola idea de en encontrarte así en verano, con el calor, la muchedumbre y la mezcla de olores era agotadora.

Poco a poco la calle se fue vaciando y los comercios empezaron a bajar la persiana. Por fin solos (o casi). Quedábamos muy pocas personas y había ganas de campar a nuestras anchas por aquellas calles llenas de farolillos y gatitos. Tan a gusto estábamos, que nos dieron la 1 de la mañana deambulando entre callejuelas. Es absolutamente recomendable este paseo nocturno. La ambientación se vuelve rojiza por la luz de los farolillos y cada esquina llama a ser fotografiada. Es el mejor momento para apreciar escaleras, fachadas, tejados y puertas que horas antes se encontraban abarrotadas. Este se ha convertido en uno de los mejores recuerdos de todo el viaje, créenos.

Así que, por tercera vez: quédate a dormir.

• La oferta de alojamiento es limitada, procura reservar con antelación.
• Evita fines de semana y festivos, no querrás morir entre la muchedumbre.
• Hay salones de té más modestos en los que poder tomar algo sin que la cartera llore, callejea un poco para huir de precios abusivos.