Viajar sola a Taiwán

La verdad es que tenía especial ilusión por escribir esta entrada. Y es que, como por desgracia ya sabemos, no todos los destinos ofrecen garantías suficientes para las mujeres que deciden viajar por libre. Pero este no es el caso de Taiwán; de hecho, te diré que Taiwán es uno de los países más seguros para viajeras en solitario.

“Me encantaría viajar sola, pero no me atrevo, no soy tan valiente”.  Esta es con toda seguridad la frase que más han repetido las mujeres de mi entorno que se han interesado por los viajes que he hecho conmigo misma. Me gusta decir que viajo conmigo misma, creo que le resta esa connotación de valentía que se le atribuye a la mujer que decide emprender caminos por su cuenta.

Filosofadas aparte, Taiwán es el destino que siempre recomiendo cuando alguna conocida está dándole vueltas al asunto. Suele ocurrir, además, que las mujeres que me piden consejo no han viajado mucho o que, incluso, sea su primer viaje.

La recomendación es doble: es un país muy seguro y muy cómodo de recorrer, puedes hacerlo en dos semanas sin problema. Esto último es importante. Dos semanas es el tiempo perfecto para probar la experiencia sin que te dé el vértigo que pueden darte otros tiempos y sin que sea demasiado corto y no te dé ni para situarte.

El país está sobradamente preparado para recibir a mujeres viajeras y cuenta con una amplia oferta de alojamientos no mixtos o mixtos con separación de estancias. Puedes decidir alojarte exclusivamente con otras mujeres o con mujeres y hombres compartiendo las zonas comunes, pero con accesos independientes a las habitaciones. Además, obviamente, de los clásicos alojamientos mixtos sin distinción por sexos.

En mi caso, la mayoría de las noches, opté por alojamientos no mixtos o mixtos con separación. No por temor ni reticencias, sino porque es mucho más probable entablar relaciones con otras mujeres viajeras en ese contexto. Y esto, amiga, esto es lo más. Poder compartir las experiencias y vivencias de cada una, incluso hacer planes juntas, es algo que vas a llevarte en tu mochila para siempre. Si te apetece puedes echarle un vistazo a la entrada en la que cuento cómo pasé el Fin de año en Taiwán con mis compañeras de hostel.

También podrás encontrar zonas de espera con videovigilancia para mujeres que viajan de noche en las estaciones de tren. Si bien es cierto que el transporte público en el país está muy ordenado y las personas se muestran educadas tanto en los andenes como en los vagones, las noches que tuve que tomar algún tren lo hice utilizando estas zonas habilitadas.

Otra cosa que llama la atención es la cantidad de cámaras que hay en las calles a lo largo y ancho del país. Prácticamente no hay esquina que no cuente con una. No sabría decirte si para bien o para mal, suelo tener dilemas con estas cosas, pero, para ser honesta, me daba mucha confianza pensar que contaban con ese recurso para la disuasión.

Por lo que pude leer y presenciar en su momento, Taiwán avanza rápidamente en la adopción de leyes para el cumplimiento de la Igualdad de género, así como en los derechos LGTB. El propio Tribunal Constitucional del país proclamó en 2017 el Código Civil como inconstitucional y, si en un plazo de dos años el Parlamento no lo enmienda, el matrimonio entre personas del mismo sexo quedará aprobado.

Podría seguir enumerando las ventajas que tiene este lugar para las viajeras en solitario, pero prefiero aprovechar las últimas líneas para animarte a que viajes contigo misma. No importa si Taiwán o Tailandia, en cada lugar deberás mantener unas precauciones concretas, las que marca el sentido común y el contexto.  Lo que importa es que nunca dejes de hacerlo por miedo, por no ser tan valiente. Sé libre, compañera. Viaja.